Pleno.



- Me parece que no le preocupa.
- En verdad no. No me preocupa.
- Bueno entonces…
- No se confunda... que no me preocupe, no significa que no le de valor a su relato. Sabe muchacho aquí en Islandia cuando trazamos una carretera antes de construirla consultamos a un médium para saber si los “elfos de las rocas” están de acuerdo.

- Para no perturbarlos… entonces el “Señor del Túnel”.
- El “Señor del Túnel” no me inquieta, pues lo que nos debe afligir es el hecho que lo irritó.
- Entonces lo da como cierto.


- Nunca vi un elfos pero si presencie un sin número de “expertos” que venían a consultar a Ángela. Aunque no puedo ocultarle que somos propenso a corporizar frecuencias. Quizás ha sido esto -de cualquier forma- lo percibido tiene un valor más allá de todo lo que podamos conjeturar... como fenómeno paranormal.

- Debo tomar lo experimentado como una advertencia.
- Si las “Siete Esferas” están en los hormigueros o túneles –como más le guste- es probable que tengan un guardián. Posiblemente es el “Señor del Túnel” tal como fue su visión o quizás otro u otros. Este es el punto que debemos tener en cuenta.

- Sí estábamos robándonos una Esfera…
- Estaban tomando algo que no debían o la tomaron indebidamente.
- Que no es lo mismo.
- Sí muchacho debe haber una forma…
-se quedó en silencio.
- ¿Pero cuál es la manera?
- Considere que en muy probable que no sea necesario sacarlas de su lugar. No somos cazadores de tesoros y menos ladrones. Nuestro objetivo es otro.
- Nemesio realmente no sé muy bien cuál es nuestro objetivo.
- ¿Acaso debo recordarle el Zarathustra?
- Ya me acordé.



- Deberemos tener siempre presente que la Libertad, el Honor, el Deber, la Lealtad, el Amor, la Hospitalidad y el Coraje son nuestros principios más importantes. Son las alas que nos elevan, le repito y agrego: Coraje, Verdad, Honor, Fidelidad, Laboriosidad, Hospitalidad, Disciplina, Confianza en uno mismo, y Perseverancia. Sin Coraje somos rebaño; Sin verdad somos una sombra; Sin Honor no somos nada, Sin Fidelidad somos erráticos; Sin Laboriosidad no habrá meta; Sin Hospitalidad no merecemos respeto ni dignidad; Sin Disciplina somos una nave sin timón; Sin Confianza en nosotros mismos, nada es posible mas sin Perseverancia el fracaso nos tendrá en sus manos; y dejo el Amor como última siendo la primera, sin ella nada tiene sentido, ella es la frecuencia esencial.

Respiró profundo y lo miró a los ojos.

- Nosotros dependemos de nosotros mismos para administrar nuestra propia energía; Si nos derrumbamos, nos volveremos a elevar, y a empezar una vez más, aunque debamos recoger miles de pedazos y continuar. Y para finalizar… en éste mundo todo ideal termina trasgredido que no nos suceda… no lo permitamos: las Siete Esferas no se merecen ello. Prométaselo.

- Prometido. –le respondió Man.

- Voy por dos “rojos”. Descanse que luego le enseñare algo de meditación.



Man de quedó solo en la gran sala, Nemesio había encendido un incienso de aroma dulzón. Caminó unos pasos y se recostó sobre la alfombra de la Flor de La Vida mirando al techo.

Pareció encontrarse en otro mundo quizás así lo era. Él estaba con si mismo, nunca antes había estado en tal circunstancia, ni en tal estado. El silencio parecía embargarlo y a la vez emanarle un sopor excelso. Insólitamente comprendió una diferencia sutil entre lo hermosos y lo bello. Y aunque solía considerarlos sinónimos -tanto de uno como del otro- paladeaba la sutil diferencia entre ambos.
"El Salto", "Domenica", "El Niño" y hasta ser un "sanador" –por Sif- no es posible se decía. ¿Yo sanador?
Pero todo esto había ocurrido no lo había pedido y menos deseado, tan solo bellamente había acontecido. Y eso lo conmovía, en silencio casi como en pausa. Esa pausa que lo sorprendía y parecía llegar de su entrecejo. Había llegaba desde la desilusión del plantearse “todo son iguales” aunque no pudiese aceptarlo. Ese rechazo de seguir en un letargo de rutinas lo impulsó a pesar del temor de cuestionarlo todo y aunque ese "todo" se abalancé contra él.
No puedo ser como dicen que debo. Tengo miedo. Sí tengo miedo. ¿Pero… qué es el miedo? Se preguntó. Es advertencia. Es duda o es solo “miedo”. Sólo sus manos eran presencia de su visón, ellas parecía atestiguar lo que en su sentir emocional ocurría. El Miedo. Ellas se entrelazaban se acarician se estrechaban con la búsqueda de conservar su encuentro.
¿Por qué estaba ahí? ¿Quién era Nemesio? ¿Three Wishes? Tres deseos. Ángela. ¿Por qué le paraliza el alma el tan sólo nombrarla? Los hormigueros. El Señor del Túnel.


¿Por qué YO? Un simple errático mortal en todo esto. Las Siete Esferas. No sé qué son, pero me llaman y las escucho tan claramente. Temo ser un navegante seducido por el sonido de las sirenas. Aunque no puedo dejar de llevarme por su pedido ser y estar. No,
ya no soy igual aunque me lo proponga… he cambiado y aun no lo puedo aceptar pero he cambiado.
Parece obvio y simple pero lo vertiginoso de todo esto no me debe permitir asimilarlo. Danza amorosa, Percepción, más lo que presiento y no sé explicarme. No sé… tengo miedo pero no es el miedo de concepto es un miedo… por renacer. O por dar los primeros pasos de está nueva vida.

Cuanto de mi historia me espanta, cuanto de mis ganas me atrae. ¿Es mi hado o mi destino? Pues ¿quién soy? ¿Una propuesta, un proyecto o un infatigable conflicto?

Seguía acariciando sus manos perdido entre sus conjeturas. Ya no era mundano era más que eso, mucho más hasta que él mismo. Ya no era lo que había comprado o lo que le habían vendido, parecía asemejarse a otro ser… quizás a él mismo.

¿Cómo puedo platearme todo esto después de lo dicho por Nemesio?

Nemesio regresó con dos tazones de té rojo humeantes.

- Esto es lo que necesita mi muchacho… jojojó!

Man pretendió levantarse.

- No se mueva está en lugar indicado. –acercándole el tazón.
- Bueno gracias… ración doble.
- El tamaño adecuado al grado del conflicto. Jojojó.
- Siempre sabe lo que me está pasando señor Vikingo.
- Muchacho… sino le ocurriese lo le acontece estaría más que decepcionado.
- Ah… hablando de decepción. ¿Por qué será lo de Domenica?

El Vikingo tragó un largo sorbo del té rojo preguntándole a su especial invitado.

- ¿No estará emparentado por el lado de lo emocional?

Man se quedó en silencio.

- Bueno muchacho sigamos adelante. Me gustaría que realizáramos un ejercicio de meditación.
- Con qué objetivo.
- Pregunte menos y haga.
- Ok. –
buena respuesta pensó.
- Quítese las botas y busque una posición cómoda.

Man tomo la posición de loto, sus piernas cruzadas, su tronco recto y sus manos apoyadas sobre sus rodillas.

- Muy bien.
- Ahora cierre los ojos. Voy a oscurecer el lugar para ayudarlo en la concentración.
- Ok.

Lentamente el cortinado fue cubriendo el gran ventanal.

- ¿Le molesta el incienso?
- No... todo lo contrario.
- Entonces cierre sus ojos. Relaje sus hombros lentamente, no hay apuro alguno; El Tiempo es nuestro aliado.

Nemesio se descalzó y cuidadosamente se sentó junto a él tomando una postura similar.

- Respire. Concentre su mente en su respiración. Así muy bien…

Él comenzó a inhalar y exhalar rítmicamente. Y en la medida que más lo hacia más lento era el ritmo. Nemesio cerró los ojos concentrándose profundamente en su discípulo. Y con voz casi susurrante comenzó a decirle:

- Manglio…Man busque la serenidad. Ella está a la espera de su encuentro. Dígale a su cuerpo que le dará unos minutos de tregua.

Él comenzó a sentir la suave y punzante presión entre su entrecejo. La cual comenzó lentamente a cruzar toda su columna vertebral. Trasmitiéndole una sensación reconfortante y flotante a todo su cuerpo.

- Permítase agasajarse con sonido.

Y en los oídos pareció escuchar la marea de un mar desconocido.

- Permítase rezar un recuerdo.

Y se vio cuando niño recorría en bicicleta junto a su padre el parque de su ciudad.

- Rócelo acarícielo pero no lo capture ni permita atraparse. Es bello muy bello.

Su padre corría dejándose alcanzar para volver a correr y ser nuevamente alcanzado por un pequeño Man radiante. Estaban felices jugando como cualquier padre e hijo en un tarde primaveral.

- Usted está seguro, tranquilo, relajado.

Inhalo y exhalo profundamente gozando del recuerdo. Saludó ese instante eterno y siguió la voz guía.

- Ahora encontrará un sendero. Camine… comience a recorrerlo. Suave, tranquilo, seguro, feliz.

Un sendero apareció en Man de diminutas piedrecillas celestes, bordeado por una tierna verde hierba.

- Llévese tranquilamente al estanque. Ya puede sentirlo está tan solo a unos pasos.

Al escuchar estanque asocio la pileta del túnel y pareció sutilmente retroceder su postura.

- No tema… usted está sereno, seguro, protegido… déjese llevar.

Relajo su columna vertebral y su gesto. Su lengua se posó sobre su paladar y sintió el gusto del té rojo que volvía a ocupar sus papilas. Mas el aroma dulzón del incienso lo embriaga placenteramente. Permitiéndose proseguir serenamente.

- Está en el estanque gozando de las tibias aguas cristalinas.

Comenzó a lavar su cuerpo con ellas, sintiendo desprenderse del mismo una tinta oscura que era diluida por las mágicas aguas hasta hacerla desaparecer.

- Hay una cascada puede advertirla… está esperándole.

El agua caía sobre sus hombros sobre sus cabellos, poseía un brillo especial pues nutria su alma trasmitiéndole algo peculiar. Paz.
En ese peculiar instante la presión en su entrecejo se acentuó profundamente expandiéndose desde su columna al resto del cuerpo formando un cuerpo antes jamás experimentado en él. Su cuerpo de luz había sido activado. Los siete colores danzaban etéreos en juego celestial. Lentamente su tronco fue echando hacia atrás llevando su cabeza hacia el piso para finalmente recostarse. Sus brazos lánguidamente fueron sobre su cabeza para lograr unir sus manos formando la Lemniscata.
Nemesio hacia unos segundos había tomado la misma posición. Ambos formaban una “V” ; Primero fue el vikingo que comenzó a levitarse casi cuatro centímetros, para luego ser igualado por Man. Estaban estrechamente conectados es por ellos que ambos perciben una misma primer visión de ondas flameantes. La observan.




Man sigue la ahora silenciosa guía de Nemesio. El cual le manifiesta que no debe juzgar de ahora en más lo que perciba. No debe dejarse gobernar por la mente ya que está en un estado muy especial. Mientras sentía que su cuerpo parecía emanar una halo protector.

- “No etiquete” “No compare” no es necesario. Permítase llevar... usted tiene el timón sabrá por dónde navegar.






La imagen lentamente mutó mientras los cuerpos comenzaron a girar sutilmente contra las agujas del reloj.

La voz de su padre resonó en el cuerpo de luz de Man hacia cambiar el movimiento.

- percibir, esfera, espiral, corazón.

Los cuerpos se mantenían levitados girando suavemente. Y otra vez la imagen mutó:

- Percepción, percepción… “Sabiduría”.





- Esfera, esfera… “Perfección”.




- Espiral, espiral… “Tiempo No Tiempo”.




-Corazón, frecuencia… “Amor”.



“Saber, Atreverse, Querer, Guardar Silencio”
“unicidad”



El rostro de Man era surcado por finas, brillantes y cristalinas lágrimas que brotaban llenas de júbilo. Él era una esfera, perfecto centro, parte y punto del cosmos.




- Pleno.


El giro pausadamente comenzó a detenerse y al hacerlo sus cuerpos descendieron también paulatinamente hasta hundirse en la alfombra de la “Flor de la Vida”.

- El viaje recién ha comenzado la Sabiduría, la Perfección, el Tiempo No Tiempo, el Amor son Unicidad en su cuerpo de Luz. Pleno es Pleno. Uno en Todo. Todo es Todo. Esfera.

Man movía sus ojos aún cerrados como lo había hecho en toda la travesía. Deseaba más pero estaba tan maravillado que deseaba salir a saltar gritando a los mil vientos lo percibido; Y a la vez no quería mover un músculo ni provocar un deseo que interfiriera ese magnifico estado.

- Lentamente abrirá los ojos… muy lentamente. Recorra nuevamente su cuerpo desde las puntas de sus pies… pasando por sus pantorrillas. Muslos; Cadera… lentamente muy espaciosamente; Siga por su plexo solar… lánguidamente pase por su corazón, por su garganta, por entrecejo y llegue a su corona. Sépase vivo, eterno, libre, curioso y alegre. Sueñe la vida en la frecuencia sublime del Amor.

Man había abierto sus ojos, sintiendo el surco que las lágrimas de gozo habían dejado en su rostro. Comenzó a mover tímidamente sus manos, que como todo su cuerpo estaba absolutamente relajadas. Luego de unos minutos Nemesio preguntó:

- ¿Se encuentra bien? –ahora escucho la voz clara de Nemesio.
- Sí. –atino a decir.
- Despacio. El regreso debe ser paulatino, no se exija. Respire.

Inhalo, exhalo e incorporó su tronco para retomar la posición de loto. Quedando ubicado frente a Nemesio. Sonrió diciendo:

- Gracias. –cerrando y abriendo sus ojos.
- Gracias a usted por permitirme recordarle.

La experiencia con "la pequeña Sif" vino instantáneamente a su mente sintiéndose ella al ser corregido su destino. Se encontró posesor de la sonrisa del "El Niño" y cubierto con ese amor que siempre está… de su padre. Y más que eso, ya que ahora había percibido lo "Pleno".






La primer imagen es "They turn to stone" por Dallas. Visita su arte en www.flickr.com. Las demás por guzsergi+arteD.